Tarjeta de Navidad 2012/2013

 

Con un año duro en el recuerdo y otro incierto a la vista, vamos a procurarnos buenos deseos para el 2013, no sea que se vayan a cumplir:

Que la lotería de Navidad nos traiga salud.

Que llevemos a cabo, por primera vez en la vida, nuestros propósitos del día 1 de enero, aunque ello nos cueste dejar de fumar.

Que aunque los Reyes –los Magos. Sí, sí, los andaluces- no nos traigan nada, tampoco se lo lleven.

Que haya paz para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Incluso para los de mala. Eso sí, si éstos últimos tienen algún tropezón, que dejen algún diente en el camino.

Que no nos olvidemos que el sur también existe -de momento- y, sobre todo, que lo sigamos recordando dentro de unos días, después de pasar este período tan solidario que nos toca vivir todos los años.

Que las fábricas de armamentos tengan que realizar un ERE de todos sus empleados y éstos tengan que cambiar de oficio para encontrar ocupación.

Que seamos capaces de poner buena cara al mal tiempo, eso nos asegura estar casi todo el año sonrientes. Un buen ejercicio para el corazón.

Que la sanidad, la educación, el medio ambiente y el mundo rural dejen de medirse en términos de rentabilidad económica y empiecen a medirse como lo que son, en términos de rentabilidad humana.

Que la crisis nos enseñe algo. Que nos despierte. Y, sobre todo, que nos haga mejores.

Y que toda la satisfacción se convierta en fines de semana de turismo rural. Y viceversa.

Así  sea.