El Embalse de los Barrios de Luna es el acontecimiento que más ha marcado la vida de las gentes y el paisaje de la Comarca de Luna desde mediados de los años cincuenta del siglo pasado, cambiando su orografía, sus costumbres, su desarrollo, su comunicación, … y desplazando a cientos de personas de sus tierras, hoy inundadas.
La construcción posterior de la autopista que une León con Asturias, la AP-66, es el otro elemento que ha cambiado el paisaje en los últimos tiempos. Sus importantes obras de ingeniería, como el puente atirantado de Carlos Fernández Casado, no esconden el negativo impacto ambiental que ha supuesto la poca sensibilidad hacia el medio natural que existió en el momento de su construcción.
Sus alrededores poseen un entorno geológico y un sabinar tan especiales como ignorados, solo admirados por profesionales que conocen perfectamente su gran interés natural.

El embalse en toda su grandeza, con el puente de Carlos Fernández Casado marcando el paisaje.

Islas e islotes en la orografía del embalse.

El hispano-bretón ensanchando sus caderas en las praderías del embalse.

Como un río que fluye por el ancho valle.

Aguas del Luna remansadas a la espera de salir explosionando toda su energía.

Las peñas se asoman para contemplar el mar interior.

Los altos de Luna espléndidos en la primavera, con sus pies remojados en el embalse.

Iglesia y cementerio de Láncara, antiguo ayuntamiento hoy desaparecido bajo las aguas.

Un mar de luna.

Rinconesy recovecos que tratan de esconderse del visitante.

El puente viejo contempla al nuevo desde el olvido.

Un buen rincón para el baño y la contemplación.

Embalse a la altura de Mirantes.

Nevada con el embalse en cotas bajas y el puente atirantado.

El invierno y sus bellas estampas.

El sabinar de Mirantes, el más occidental de España, una auténtica maravilla natural que clava sus raices en la roca caliza.